Harmony Casseedee ;; Casting

Se tapó la boca de puro aburrimiento, bostezando, pero con total disimulo que pareció incluso que simplemente se quitaba algún cabello suelto que le caía encima del rostro o algo parecido. Ella era así: no hacía nada que pudiera delatar el incesante incordio al que se veía sometida día tras día en aquella habitación decorada con los colores escarlatas y dorados, propios de Gryffindor. Ya ni siquiera se preguntaba qué hacía allí, escuchando los repetitivos y nada interesantes comentarios de su compañera de casa y "amiga", al menos sí ante los ojos ojos del resto del mundo. Sabía bien que lo hacía por propia conveniencia, pero estaba llegando a un punto en que no podía siquiera soportar sus quejidos sobre Weasley y Granger. Que le gustaba el primero era más que evidente, y que odiaba a Hermione cada vez que ésta se acercaba a él, pues también. Sin embargo, como en otras tantas cosas provenientes de Zoey, aquella chica a la que en esos instantes escuchaba decir <<¿Vosotras os creéis que poca la decencia de Granger, acercarse a Weasley de tal manera cuando la pobre Lavender lo está pasando tan mal?>>, no estaba para nada de acuerdo. Harmony rodó los ojos y puso cara de comprensión, como sus otras compañeras de habitación, que se habían reunido con ellas aquella mañana de domingo en la que no apetecía nada, salvo estar de cháchara entre las sábanas mullidas y confortables de sus cuartos.

No era más que una falsa y ella lo sabía. Se tiraba las horas muertas escuchando parloteos y chismorreos que ya los veía hasta normal. Echó de menos, entonces, a Rawrie, su mejor amiga, que estaría en alguna parte del castillo, seguramente haciendo algo más provechoso que ella, seguramente. Miró de reojo a Zoey y comprendió por qué Rawrie era su mejor amiga y no ella. Simplemente las veía como opuestas en todo y se sintió más que liberada por el hecho de que al menos la amistad de la Ravenclaw era sincera y no edificada por meros planes por fastidiar al mundo, como lo que le unía a la leona. Se recostó en la cama, haciendo un poco de caso omiso a lo que sus compañeras decían, enfrascándose en sus propios pensamientos. En serio, ¿qué le había llevado a quedarse allí, escuchando nimiedades, mientras podía estar en cualquier otro sitio del castillo? ¿Qué le había llevado a entrar en Gryffindor? ¿Por qué ella? Sopesó entonces que tampoco quería ser Slytherin, ni Hufflepuff, ni Ravenclaw... Bueno, a lo mejor siendo Ravenclaw estaría más con su mejor amiga y con esa chica tan morena, alta, con ojos arrolladores y que... Se estremció de repente. -¡¡No!!-exclamó, más fuerte de la cuenta, tanto que aquel pensamiento se manifestó como una negativa en voz alta que sacó de la conversación a sus compañeras, que la miraban con una ceja levantada.

-¿No a qué? ¿A que no es justo el pedazo de trabajo que nos ha hecho hacer Snape o que estaba mejor en Pociones, eh?-inquirió con algo de curiosidad Zoey. Harmony no supo que contestar en un primer momento, pero tras un par de segundos sonrió, tranquila, más falsa que Judas, haciendo un ademán con la mano.-A ambas cosas, por supuesto-mintió descaradamente, pero sin un ápice de indecisión, lo que hizo reír a sus compañeras, ella soltó una leve carcajada, y fin del asunto. No, por supuesto que la negativa no iba hacia Snape, ni mucho menos. Estaba más que harta de descubrir pensamientos en los que se interesaba por chicas. No, de ninguna manera iba a permitir eso. Resopló antes de volver a repetirse a ella misma aquella reflexión: a ella solamente le gustaban los chicos y punto, y así debía de ser.