IGNAUGURACIÓN (Tema Grupal Abierto)

*Aquel dia era un gran dia, un historico dia para los gemelos Weasley; iban de arriba para abajo colocando cosas con sus varitas y ordenandolo todo. Habían esperado ese dia por tanto tiempo que ya perdieron la cuenta. Debían agradecer a Harry por la ayuda economica y a sus padres por no matarles cuando se enteraron. Aquel dia, por fin, ignauguraban Sortilegios Weasley y esperaban tener grandes exitos con las ventas de sus productos y bromas diversas. Vendían de todo, desde ranas de chocolate y grageas a pociones de amor o petardos de todo tipo.

Cada vez quedaba menos para el gran momento y Fred y George se miraban impacientes por empezar a vender, vender y vender hasta agotar existencias, porque ese era el plan: agotar las existencias de la tienda en un dia. Seguían yendo de arriba para abajo, estaba de los nervios pero sabia que George estaría igual o peor que él. Cuando estuvo todo listo se colocaron en la parte superior de la tienda y con un hechizo abrieron la puerta, había gente esperando fuera y eso hizo que a ambos se les iluminaran los ojos por la emoción de comenzar esa nueva etapa en su vida.*

- ¡Bienvenidos a Sortilegios Weasley! - dijeron al unisono mientras volaban con sus escobas por el local, era tan grande que podían volar tranquilamente sin cargarse nada, habían hecho un verdadero gran trabajo

Se escuchaba el rumor por todo el colegio. ¡Los gemelos Weasley han abierto una tienda en el callejón Diagon! Era todo un acontecimiento. Cho no se lo quería perder. Estaba segura que hablarían de ello durante mucho tiempo y como buena alumna, debería acercarse y quien sabe, quizás comprar algo también.

Se anudó bien la bufanda al cuello cuando entró en el callejón Diagon. Soplaba un viento frio y desagradable. El invierno se recrudecía cada día más, el cielo se volvía un poco más oscuro... Caminó entre las personas, haciendose paso entre ellas hasta llegar a una de las esquinas del callejón. En lo alto lo pudo ver. Una cabeza enorme que se ponía y se quitaba el sombrero, mientras que debajo se dejaba ver solo algunas veces un pequeño conejo. Cho se rió nada más verlo. Sin duda sería una de sus tiendas favoritas del lugar.

Apartó a un par de personas y logró entrar en la tienda. Estaba abarrotada, tanto que tuvo que seguir empujando a algunas personas más para lograr ponerse junto a los estantes y empezar a admirar la cantidad de cosas que había en ellos. Se acercó tímidamente a una pelotita morada. A simple vista parecía inofensiva, pero conociendo a los gemelos decidió no tocarla y simplemente acercarse al pequeño letrero que la acompañaba. "¿Un juego de niños? Pasarse una simple pelota ya dejará de ser tan aburrido. La miniblox suelta un liquido pringoso capaz de unir esta linda pelota a la mano de tu victima..." [i] Cho soltó una risa, dejando así de leer el letrero entero, pensando en la cantidad de vítimas con las que podría usar esa pelota. Más en concreto con esa compañera suya de clase, obsesionada siempre con coger sus cosas sin permiso.