Casting para Isabella Le'croix. (Terminada)

Isabella no reconoció exactamente cuando fue el momento en el que caminar por los estrechos pasillos de Hogwarts mientras se tomaba de la mano con Quinney dejo de ser una pesada sombra detrás de sus espaldas y se trastorno hasta ser un bello placer. Tal vez fue aquel día, hace no mucho tiempo atrás, cuando la historia de su relación fue contada de boca en boca hasta tal punto en el que la mitad de las casas (incluyendo profesores) sabían de la famosa noticia. No niega que sintió un tanto de temor al comienzo, pero cuando noto que no había necesidad de negarlo, ya que era aceptada por la mayoría de los alumnos (excepto las víboras de Slytherin que hasta ahora la miran como a un bicho raro), perdió cualquier prejuicio sobre si misma y, alzando su cabeza firmemente, ahuyento el miedo. Lo mismo por parte de Quinney.

Luego de una monótona clase de Historia de la magia que lucio ser eterna, Isabella se colo entre las enormes cantidades de alumnos que se amontonaban por salir primeros por el simple deseo de tomarse un descanso. Encamino sus pies hacia la sala común de Gryffindor cuando se vio alertada por un grupo de malditos Slytherins amenazando a un pequeño niño de cara redonda y corte morocho, tal vez de un año menor que Isabella, con unos 17 años. Por supuesto, no tuvo ni una pizca de piedad cuando los enfrento con varita en alto.

-Más les vale largarse de aquí.- Escupió a sus espaldas, desenfundando levemente su varita, advirtiéndoles que estaba completamente preparada para cualquier duelo que se le presente. Cuando noto que no se trataba ni de más ni de menos que del inocente Draco Malfoy y sus compañeritos regordetes, perdió cualquier posibilidad de ser la humillada. Cuando los perdedores se dieron media vuelta, no hicieron más que tener el mismo pensamiento que Isabella y retirarse con un 'Crabe, Goyle, vamonos de aquí' sin siquiera apartar la mirada de la sonrisa gloriosa de Isabella. Como si nada de aquello hubiera sucedido, continuo su camino hasta entrar en su destino principal. De cualquier modo, seguía siendo un año mayor que ellos.

Se limito a arreglarse un poco el cabello y colocarse el primer conjunto que encontró cuando revolvió su armario. Isabella nunca fue la persona más coqueta de Gryffindor, más bien se podría decir que todo lo contrario. El sol resplandecía con todo su encanto alumbrando las cumbres más altas de Hogwarts, el sábado ya se encontraba presente y la decisión estaba tomada. Quinney y Isabella se encargarían de encontrarse justo frente a la sala de Clases de Pociones, y juntas conducirse hasta Hogsmeade, omitiendo las miradas y los susurros amenazantes de ciertas personas que aun no terminaban de plantearse la idea de una pareja lesbica. Luego de una media hora, Isabella dio la media vuelta por el pasillo con la emoción por el cuello y la felicidad revoloteando en su estomago. Diviso un rizo preciosamente rubio en una volteada como cualquiera, y cuando menos se lo espero, ya se encontraban juntas, orgullosas de la otra, con dos sonrisas deslumbrantes en sus labios y sin peligros que recorrer. Porque, al fin y al cabo, no existía ningún hecho del que se encuentren más contentas.